lunes, 18 de mayo de 2009

Adiós Mario, poeta Benedetti.

Miraba de reojo, entre curiosa y aburrida, la carpeta de mi compañera de pupitre. Era costumbre, en esa época, firmar o dedicar unas palabras, no siempre afortunadas en gusto, lírica y estilo, en la carpeta de los compañeros. Luego enseñabas con gracia, descaro o pudor, según fuera la dedicatoria, la carpeta a todo bicho viviente.
Yo contaba con poco menos de 15 años y como he dicho miraba entre aburrida y curiosa. Entre los habituales piropos, había escondida una pequeña poesía que llamó mi atención, decía lo siguiente:

El olvido no es victoria,
sobre el mal ni sobre nada
y si es la forma velada
de olvidarse de la historia,
para eso está la memoria
que se abre de par en par
en busca de algún lugar
que devuelva lo perdido.
No olvida quien finge olvido
si no quién puede olvidar.

Abajo solo ponía M. Benedetti.


Fue la primera poesía que me aprendí de memoria por puro gusto y no sólo eso si no que fue la primera poesía que recité en público, en una clase de teatro. Después he recitado unas cuantas y espero seguir haciéndolo por mucho, mucho tiempo. Comencé a comprame y a buscar libros suyos compulsivamente y mi primer blog se llamaba "No sé si alguna vez les ha pasado a ustedes" que es el primer verso de mi poema favorito "A la izquierda del roble".




Mi gran ilusión durante mucho tiempo fue poder conocerle para poder decirle: Viejito, tu me enamoraste con 15 y hago lo que hago, escribo lo que escribo, por ti.

Mario Benedetti se convirtió en un referente, en un imprescindible que robé de la carpeta de una compañera. Después de él vinieron otros, muchos otros poetas, pero nunca he devorado con tanta ansia, con tanta lucidez, ilusión y esperanza adolescente, otras letras. Existen muchas personas a las que admiro pero Mario Benedetti me enseñó que la belleza de lo cotidiano es imprescindible, que la poesía es plural y plebeya, y que no necesita una élite para defenderla, porque todos, absolutamente todos y todo lo que hay en el mundo es susceptible de ser poesía.

Voy a seguir conociéndole palabra por palabra, pero no puedo evitar que hoy, lágrima a lágrima, se me escape la tristeza por dejar de ser compañera de un mundo sin él.

Nares Montero

3 comentarios:

Edu dijo...

Bello homenaje a todo un señor de la pluma y el verso.
El sur tambien existe.
Un Saludo.

Marisa Peña dijo...

Se nos ha ido pero nos ha dejado ese sur, esa´defensa de la alegría, esos informales pasando frío, , esos árboles solidarios....Su humanidad sangrante y rebosante, su compromiso(eso que tan poco gusta y que a algunos les produce urticaria sólo nombrarlo)son un legado que , algunos, no olvidaremos. Que la tierra le sea leve

Pedro de Mingo dijo...

Grande entre los grandes.
Un beso Naino