martes, 27 de abril de 2010

(manual de madrugadas)

Lloro de rojo,
con los labios sangrando.
Abrigo largo de funeral con lluvia
y no como las niñas
de nombre Irene
y cara de margarita.

Tocando el bofe de la vaca,
aún caliente
sigue palpitando, así, en canal.
No como las pecas,
ni la risa que se queda
en los columpios al final de la tarde.

Lloro como los carteles,
silencio en el hospital
y no rebañar el plato
con la lengua,
rebañar la lengua.

Lloro sonámbula,
la bañera se inunda
y en el suelo un charco
avanza y avanza.

Lloro en eclipse terrestre
tapándolo con el pulgar.
Lloro pantera bizarra,
no despensa llena.
Candil apagado.
Niebla galopante.
Óxido de manzana.

Tu muerte me silba.
No sé acabar el poema.

Nares Montero

sábado, 17 de abril de 2010

Traducción

Pere Bessó ha tenido a bien traducir "Certezas" al catalán.
Qué buen regalo pre-Sant Jordi. Aquí os lo dejo.

CERTESES

Sé, en aquest instant efímer,
sé, en aquesta nit repetida,
sé, en aquest moment únic...
sé,
que puc fer-te feliç.
No per a sempre
ni des de sempre...
no eterna
no lleugera
no incondicional
no perfecta
no altruista
no passiva
no.
Sé que puc fer-te feliç.
Tinc tal certesa,
que aniré en contra de mi mateixa.
Seré pacient.

viernes, 16 de abril de 2010

Cita: Nares Montero firma libros el 23 de Abril


Hay cosas que se te aparecen tan de cerca que cuesta enfocarlas. Esta fue una de esas cosas. No me detengo a enfocar casi nada, soy miope en muchos sentidos, pero a veces me aferro a esos bultos sin forma como asideros, salvavidas. Me equivoco a veces y caigo. Otras en cambio me hacen flotar y sigo agarrada sin saber de dónde, cómo o por qué. Cerca de esta librería vivía Dulce Chacón, o eso me dijerón, y fue bastante. Fue mi salvavidas en un mar de números y corrientes. El viernes que viene volverá a dejarme a flote aunque en ella no me importaría ahogarme. Se improvisará un recital. Quedáis todos invitados!


Nares Montero


Cartel by Danilac
Por cierto desde aqui doy las gracias
por enlazarme en su blog y
difundir este humilde espacio.
Sin personas como vosotros
cosas como esta que hoy anuncio
no serían posibles.
GRACIAS!

martes, 13 de abril de 2010

Que asco de conciencia!

Llevo días comportándome de una manera extraña. La excusa podría ser abril. Hay quién no para de repetir eso de: la primavera la sangre altera. A mi no me gusta esa frase. El comienzo del calor siempre me trae un plus de energía, mucho ánimo y ganas de cachondeo, pero este mes, todos los años este mismo mes, siempre burbujeo. La ñoñería me ataca más que cualquier otra alergia y esta vez no estoy dispuesta a dejarme vencer ni por mucosidades, ni por el monstruo de la cursilería.
Mi táctica, no demasiado pensada (todo hay que decirlo), era dejar fluir mí natural y espotánea faceta sarcástica y arisca. Normalmente es algo que no necesito pensar mucho, digo nada. Suelo soltar improperios, "lindezas" o barrabasadas varias que quién me conoce ríe. Claro está que no todos me conocen (aleluya!). Pero es lógico que no a todo el mundo le haga gracia este retorcido sentido del humor mío.
Cuando estoy sola me dedico a sobrealimentar mi parte más tierna y empalagosa. Hago cosas que normalmente, otros meses, ni se me ocurriría: veo muchísimas comedias románticas, miro compulsivamente revistas "femeninas" (ag!) y ahora, para más inri, tengo todo el día puesto en la televisión el canal cosmopólitan (ag! ag! ag!). Efectivamente vivo en una contradicción constante, pero ahora más.

Cuando salgo, sin embargo, me visto de chica destroyer y me comporto más como una cromañona que como una sapiens, si es que alguna vez lo he sido. Todo con tal de que nadie note el dulzor que expiro. La verdad es que casi siempre imagino que estas actitudes no dejan de ser parte de mi lado más gamberro y me hacen gracia, pero a veces llegan a ser tan crueles y fanfarronas que en vez de acercarme al ideal de femme fatal soy una auténtica capulla.

Mi estilo no es retractarte de lo dicho porque dicho está ,pero en momentos como el de esta noche, por ejemplo, Pepito Grillo es un arma de destrucción masiva.

¿Qué tiene de malo mostrarse vulnerable para variar?

La respuesta la tengo muy clara, pero a la experiencia le pasa como al diablo, sabe más por viejo...

No sé cuanto me durará esto. Tenía un colega que siempre me decía que yo era como la selección italiana, siempre a la defensiva (por seguir con el rollo futbolero). De todas maneras y por si sirviera de algo, mi intención nunca es molestar a nadie. Desde aquí lo aclaro y pido disculpas por si alguien se ha sentido o se pueda sentir ofendido durante este més por mi inconsciencia.

Debería dejarme de tanta palabrería y seguir con la poesía... como si se me diera bien.

Nares Montero

domingo, 11 de abril de 2010

Epilépticos vs Sincronizados.


El banquillo lleno, pero no de suplentes sino de féminas, poetas y no, dispuestas todas a gritar, insultar y desmoralizar. Todas obvias, porque las mujeres al menos en el aspecto físico somos naturalmente obvias. Personalmente no me afectan los comentarios con respecto a no haber jugado el partido. Sigo una teoría personal que dicta que jamás sudaré en público y menos aún me pondré ropa deportiva a menos que sea para irme a dormir sola. Ponerse ropa deportiva debería estar penado por ley. Pero independientemente de mis valoraciones acerca del vestuario he de decir que disfruté del partido. Precisamente porque me desgañité alabando el caos futbolístico del equipo obvio y metiéndome sistemáticamente con la omnipresencia elíptica.
Debo confesar que hubo un momento en el que intenté ponerme del lado de los elípticos, no porque fueran ganando o perdiendo, ni porque mi idiosincrasia sea traidora (rumores, las malas lenguas), sino porque resultaba muy lastimosa la ausencia de aficionados de este equipo. Pero soy débil y a la menor recriminación de la todopoderosa Iratxe volví al redil cual ovejita obediente, y menos mal! Ganaron. Eso sí, tan sólo por un ridículo tanto. Esta vez el equipo obvio venía con idéntica actitud a la de cualquier madridista de pro (p. ej. Guti). Estaban excesivamente confiados y vieron las orejas al lobo más de una vez. Sobretodo teniendo en cuenta que el equipo elíptico había hecho fichajes maradonianos aunque, en resultado, fueron del todo inútiles.

El mayor adversario del poeta masculino de última generación es su estado físico. Con más partidos como estos, ninguno de ellos acabará o empezará su gran obra. Iran pereciendo a causa de sofocos, tirones, calambres... No me imagino peor muerte para un poeta. Nadie podrá celebrar su centenario, nadie les recordará. Oh míseros de ellos!

Como ya sabía yo antes de celebrarse el partido, las cañas de después fueron lo mejor. Cierto es que no hace falta ser ni inteligente, ni poeta, para llegar a esa conclusión. El zumito fresco de cebada, la estupenda temperatura y la charla frívola animaron a los vencidos y engrandecieron a los vencedores. Anécdotas como las confesiones de Batania sobre el documental que están realizando los de la escuela de cine, acerca de su persona o su personaje, nos hicieron reir a todos. Así como los comentarios a la imagen tipo: "soldado de la guerra de vietnam", de algunos jugadores y otras ocurrencias espontáneas en los distintos círculos de charla que se fueron formando. Marcus Versus sorprendió en un momento a tres criaturas celestiales tocándose los pechos y creyó ver el cielo... en realidad la experiencia no fue tan extrasensorial y es posible que alguien me acuse de exagerar la situación. En cierto momento se produjo, lo que para mí fue, una de las mejores anecdotas del encuentro, Eva, más conocida por su pseudónimo: Sakura Monogatari, había mandado un sms informando de la victoria, la respuesta no se hizo esperar y supo y pudo compartirla con todos: ¿Pero tú con cual ibas, con los epilépticos o con los sincronizados?

El talento no siempre está en manos de los poetas y la poesía se ríe de nosotros constantemente. En lo que sí ganamos todos es en eso de seguirle la guasa y empezar siempre por reirnos de nosotros mismos.

Ya hay quien amenaza con nuevas competiciones... No entrenéis, no serviría de nada.



Nares Montero
Imagen robada a Batania

viernes, 9 de abril de 2010

el balompié de los poetas


Lo primero es lo primero: No me gusta el fútbol. Cuando en mi nueva televisión de pago paso los canales dedicados a este excelso deporte me sonrio ante la frase: canal no contratado.

Yo tuve un novio que me llevo a algunas bahías, aunque nunca me dijo vida mía y sí: que calor! A él le gustaba el fútbol, verlo y jugarlo. Era malo, muy malo, pero se empeñaba en que fuera a verle a los partidos los sábados o los domingos por la mañana. Recuerdo perfectamente el día que marco un gol y me lo dedicó. Yo me sentí tremendamente avergonzada, me parecía la mayor horterada pseudo-romántica que a nadie se le pudiese ocurrir. Después del tanto me señaló cual inquisidor y pude leer en sus labios: para ti! En un segundo engordé de orgullo y me desinflé ante tan enorme ridículo. Lo peor no fué eso, al fin y al cabo en ese momento me sentía muy enamorada, lo peor fueron las miradas y las sonrisitas condescendientes de las demás mujeres de las gradas, como diciendo: Oh nena! Ya eres de las nuestras. Un sudor frío me recorrió la espalda y pasaron años hasta que volví a ir a verle a un partido.

El año pasado Kika me propuso un plan del todo peregrino: acompañarla junto a dos compañeros suyos a ver el partido del Rayo Vayecano contra el Atletic de Bilbao. Íbamos a un bar vasco lleno de chicarrones del norte con cara de pocos amigos, obviamente todos del Atletic. Las únicas féminas en el local y las únicas animadoras del rayo éramos nosotras. Kika se mostró absolutamente discreta pero yo, con esta boca que me pierde, aplaudía las jugadas (aunque no las entendiera), cantaba los goles del equipo madrileño y miraba desafiante y fanfarrona a todos esos que me sacaban tres cabezas. Me gusta el peligro, eso está claro.

En el instituto pasaba más tiempo escayolada que practicando ningún deporte, me rompía sólo con que me miraran. Sobre todo si me miraba la profesora de gimnasia. Esa sí que era peligrosa. El tiempo en que no estaba lisiada hacía pellas. El instituto está frente a un campo de fútbol y, siendo completamente coherente con mi edad, íbamos a ver como salían los jugadores o a ver si podíamos entrar de alguna manera para verlos entrenar. A veces lo conseguíamos. Durante esa época mi interés por el fútbol se resumía en lo guapo o lo simpático que me parecia un jugador u otro, pero pronto me di cuenta de que no eran en absoluto mi "tipo".

En el colegio sí jugué alguna vez. Normalmente me seleccionaban de las últimas en un equipo u otro. Mis compañeritos sabían antes que nadie de mi poco talento y cuando por fin estaba en un equipo siempre me advertian que yo era defensa, que no se me ocurriera tocar la pelota. Yo debía ocuparme de no permitir que tal o cual paladín del balón lo cogiera o consiguiera desmarcarse, y en eso sí que era buena. Era una auténtica mosca cojonera. Este sábado haciendo una excepción iré a un partido de fútbol. Iré porque es un excusa. Me han convocado pidiéndome que vaya en zapatillas, por si acaso. No saben lo que hacen pero yo no prometo nada. Eso sí, estoy dispuesta a pasar ridículo, acercarme con mi habitual inconsciencia al peligro, ser una mosca cojonera e incluso no descartar alguna lesión. De cualquier forma mi intención es ir en calidad de cheerleader, desgañitarme animando o desanimando a quién pueda y disfrutar de uno de mis momentos favoritos: las cañas de después!

Todo sea por la poesía!


Nares Montero

Más información aquí: http://partidosdepoetas.blogspot.com/
Carteles: el primero de Gsus Bonilla y el segudo de Danilac.

a las puertas de otro jardín

Anoche hice una tontería, una de esas tonterias mías de meterme en jardines privados sin permiso. Pero por una vez el diablo no se puso de mi parte. Menos mal.


Nares Montero

jueves, 8 de abril de 2010

abril y vuelta

Vuelvo después de viajes y sacudidas varias. Abril siempre llega haciendo de las suyas y yo aguantando mecha, viendo como se acerca esa chispa que hará que todo salga volando por los aires. En mí siempre se repite como un mes traicionero, ciclotímico, de aspavientos. Abril viene con las alas anchas creando vendavales, despeinando. A veces coincido con la luna y abril nos solivianta con su rumor menudo como de aparato eléctrico.
Es como un niño travieso que planea romper tu libro favorito, tu jarrón favorito, tus pequeños momentos irrepetibles, pero no te puedes enfadar con él porque cuando lo miras pone esa carita de tímido rayo de sol descubriendo la vida y el muy cabrón te hace reír.
Odio abril porque me hace estar cursi y empalagosa. Me encanta abril porque trae a la espalda el calor de tiempos mejores. Aún así duele.


Nares Montero


Foto: Tomada desde mi móvil en la plaza de Atocha de Madrid.
Una performance titulada Kamchatka dentro del festival "Escena contemporánea 2010"